jueves, 31 de mayo de 2018

Ensayo comparativo.

Ensayo comparativo
Alumno: Lisandro Pérez Casarín
Profesora: Laura Esponda
Materia: Literatura
Fecha de entrega: 31/05/18


Es este texto se va a hablar sobre la focalización de Stevenson en El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde y la de Stephen Frears en Mary Reilly. Cómo es que este procedimiento influye en las dos historias de forma diferente.
            La focalización es la perspectiva desde la cual se narra la historia. En la película de Frears se puede ver una focalización externa testigo, ya que conocemos los hechos al mismo tiempo que lo hace Mary Reilly.
            En el caso del texto de Stevenson se puede ver una tercera persona que asume el punto de vista de Utterson. En donde se nos cuenta, al igual que en Mary Reilly, el camino de Utterson hacia el desenlace del misterio.
            Esta focalización, en cierto modo, hace que nos compadezcamos con Utterson en el texto de Stevenson y en la película de Frears, con Mary. Además de poder sentir lo mismo que el personaje, ya sea miedo, dolor, desesperación, alegría y tristeza, entre otras.
            Otra cosa para tener en cuenta es de qué forma descubren Mary y Utterson quién es Hyde. En el caso de del texto, Utterson lo descubre a través de dos cartas. Una de ellas es de Lanyon, en esta carta se puede ver una focalización externa, típica del testigo que combina la primera con la tercera persona, la carta de Jekyll, por otro lado, presenta una focalización interna 1ra persona protagonista. En la carta de Lanyon se cuenta cómo fue la metamorfosis de Hyde a Jekyll, mientras que en la otra se cuentan los motivos del doctor a la hora de crear la poción. Además, Jekyll, en su carta se victimiza, ya que se queja de esa sociedad tan restrictiva y exigente: “Ambicioso sobre todo por conseguir la estima de los mejores, de lo más sabios entre mis semejantes, todo parecía prometerme un futuro brillante y honrado. El peor de mis defectos era una impaciente vivacidad, una inquieta alegría que muchos hubieran sido felices de poseer, pero que yo encontraba difícil de conciliar con mi prepotente deseo de ir siempre con la cabeza bien alta, exhibiendo en público un aspecto de particular seriedad, (R.L. Stevenson).
            En cambio, Mary es testigo de la metamorfosis, es decir que ella misma es testigo de la transformación, lo que la priva de su imaginación.
            Finalmente, vamos a comparar el final de ambas narraciones. En el libro, Jekyll, explica que se le habían acabado las sales y, por lo tanto, esa era la última vez que podía pensar por sí solo: “Esta, por lo tanto, a no ser por un milagro, es la última vez que Henry Jekyll puede pensar sus propios pensamientos y ver su cara en el espejo que tiene delante”. Lo que lleva a Hyde al suicidio es su temor a caer, preso. Por otro lado, en la película, Hyde se suicida para no causarle daño a Mary, quien estaba perdidamente enamorada del doctor y de su doble. Esto se puede ver en la escena en donde Hyde le dice a Mary: “Yo sabía que tú nos llevarías a la muerte”.

martes, 15 de mayo de 2018

Informe sobre los recursos utilizados por la literatura.


Trabajo práctico: informe

Profesora: Laura Esponda
Alumno: Lisandro Pérez Casarín
Materia: Literatura
Fecha de entrega: Miércoles 16 de Mayo de 2018












En este texto se va a hablar de los conceptos utilizados por la literatura para tratar la identidad. Estos conceptos son: doppelgänger, desdoblamiento, ajenidad y otredad.
En primer lugar, la otredad es lo absolutamente desconocido, Esto se da cuando el otro es diferente a mí, por lo tanto, lo maltrato, y subestimo. Generalmente, estos comportamientos se dan debido al temor hacia lo desconocido. En el diario de Colón, los marineros tratan a los nativos americanos como inferiores, como incivilizados y animales: “Creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían”, (Cristóbal Colón, 11 de Octubre de 1492), es decir si el otro no es como yo debe ser aniquilado o convertido. Por otro lado, está el texto “El planeta de la aventura 1” de Jack Vance. Aquí pasa algo parecido al diario de Colón, ya que los tripulantes encuentran un planeta desconocido al que, al igual que Colón, subestiman. La historia termina con la nave terrícola destruida por el supuesto planeta inferior: “-Tu lógica, normalmente irrefutable, tiene un fallo. En la actualidad nos hallamos a doscientos doce años luz de la Tierra. Si lo recuerdas, se interrumpieron bruscamente. Puede que este mundo sea habitable; puede que esté habitado; puede que ocurran las dos circunstancias. Pero no necesariamente” (Jack Vance, 1986).
            El desdoblamiento es la búsqueda del par, de la otra mitad. Se produce cuando la dualidad se manifiesta en un solo ser, es decir cuando dos personalidades o encarnaciones coexisten en un mismo individuo. El mito de Andrógino es uno de los textos que hablan sobre este tema. Este mito cuenta la historia de unas criaturas llamadas andróginos, estas que tenían dos rostros sobre un cuello circular, cuatro brazos y cuatro piernas. Estos seres se hacían cada vez más poderosos, es por esto que Zeus los separó, Sacarles poder y dejarlos en falta. Es decir que no se sentían completos. Esto los obligó a buscar a su otra mitad para poder realizarse: “Lo mejor ha de ser lo que esté más cerca de ese ideal, estos es, encontrar un amado cuya naturaleza corresponda a nuestra índole”, (mito del andrógino). El texto de Mark Twain sobre Adán y Eva, es una parodia del génesis bíblico que ve la caída como el primer pecado. En cambio, Twain invierte esta idea y deja entrever que gracias a la desobediencia de Adán y Eva, los seres humanos conocieron la sexualidad y el amor. Eva, como un desdoblamiento de Adán, busca completarlo y por eso dice frente a la tumba de Eva que donde esté ella estaba el paraíso: “-¿Por qué lo amo? Simplemente porque es masculino, creo yo. Él es bueno en el fondo y lo amo por eso, pero lo amaría si no lo fuera”.
            Otro recurso usado por la literatura es la ajenidad. La ajenidad se da cuando el yo se siente ajeno a sí mismo. El relato “Axolotl” de Cortázar habla de un hombre que mira fijamente a una pecera con un axolotl. Luego de un tiempo observando, siente que se transforma en uno de aquellos peces. La ajenidad aparece cuando él se siente en el cuerpo del axolotl, un cuerpo ajeno en el cual se siente incómodo y extraño: “O yo estaba también en él, o todos nosotros pensábamos como un hombre, incapaces de expresión, limitados al resplandor dorado de nuestros ojos que miraban la cara del hombre pegada al acuario”, (Julio Cortázar, 1984). Otro texto que utiliza este recurso es “Metamorfosis” de Kafka. En este se cuenta la historia de Gregor Samsa, quien un día se levantó en un cuerpo que no era suyo, el cuerpo de un insecto. Él acostumbraba a trabajar casi todo el día para mantener a su familia, pero ese día no se podía levantar de la cama. No le permitía hacer su rutina, por primera vez iba a faltar al trabajo, algo totalmente ajeno a él. La ajenidad se ve reflejada en el momento en que se levanta en otro cuerpo y en el momento en que no puede ir a trabajar: “-Lo mejor que puedo hacer es dormir un poco más y olvidar esta locura-pensó; pero le resultó imposible llevar a cabo su propósito, porque estaba habituado a dormir sobre el lado derecho, un movimiento de balanceo lo llevaba a quedar siempre de espaldas. Lo intentó cien veces, con los ojos cerrados para no tener que ver aquellas patas que se agitaban, y sólo renunció cuando comenzó a sentir un ligero dolor en el costado; un dolor sordo, que jamás había experimentado” (Franz Kafka, 1982).
            Finalmente, el doppelgänger es cuando hay dos identidades diferentes, aunque iguales físicamente. Quienes rodean a estos piensan que son una sola persona, lo que lleva a equívocos en las comedias o usurpación de identidaden el drama. En la historia de William Wilson se relata como el protagonista encuentra en su escuela a alguien igual a él, se llamaba igual pero con la diferencia de que hablaba susurrando. Este otro, lo imitaba y competía con él: “¡El mismo nombre! ¡La misma figura! ¡El mismo día de llegada a la academia! ¡Y después su obstinada e insensata imitación de mi manera de caminar, mi voz, mis costumbres y actitudes! ¿Estarían en verdad, dentro de los límites de las posibilidades humanas que lo que ahora veía fuese meramente el resultado de su constante y sarcástica imitación?”, (Edgard Allan Poe, 1977).